En el pais de la nube blanca(c.1) by Sarah Lark

En el pais de la nube blanca(c.1) by Sarah Lark

autor:Sarah Lark
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Dramática
ISBN: 9788466648790
editor: www.papyrefb2.net


4

—Mire, señor O’Keefe, he visitado hasta ahora varias granjas de esta región —dijo George. Estaban sentados en la terraza de la cabaña y Howard acababa de servir whisky. Helen encontró este hecho tranquilizador: su esposo sólo bebía con hombres que le caían bien. Así que la inspección previa de la granja había transcurrido sin contratiempos—. Y debo admitir —prosiguió George con voz mesurada— que estoy preocupado...

—¿Preocupado? —gruñó Howard—. ¿En qué medida? Hay aquí todo tipo de lana para su negocio. No tiene por qué preocuparse. Y si no le gusta la mía..., bueno, a mí no tiene por qué engañarme. Ya me buscaré yo otro comprador. —Vació su vaso de un trago y se sirvió de nuevo.

Geoge levantó las cejas sorprendido.

—¿Por qué iba yo a rechazar sus productos, señor O’Keefe? Por el contrario, estoy muy interesado en una colaboración. Justamente a causa de lo que me preocupa. Mire, he inspeccionado hasta ahora varias granjas y al hacerlo me ha parecido que algunos ganaderos aspiran a monopolizar el negocio, sobre todo Gerald Warden de Kiward Station.

—¡Eso sí que es cierto! —exclamó irritado O’Keefe, tomando el siguiente trago—. Esos tipos quieren todo el mercado para ellos..., sólo los mejores precios para la mejor lana... Ya sólo el nombre que se han puesto: ¡barones de la lana! ¡Atajo de engreídos!

Howard agarró el whisky.

George asintió contenido y dio un sorbo a su vaso.

—Yo lo expresaría con mayor prudencia, pero en el fondo no anda usted equivocado. Y su observación sobre los precios es muy sagaz: Warden y los otros grandes productores los elevan. Es cierto que también aumentan la calidad que se espera, pero en lo que a mí respecta..., bien, mi posición como comerciante sería más ventajosa si hubiera más variedad.

—Entonces, ¿va a elevar usted la compra a los pequeños criadores? —preguntó Howard con ansiedad. En sus ojos había interés, pero también desconfianza. ¿Qué comerciante compraba de forma consciente artículos de menor calidad?

—Me gustaría, señor O’Keefe. Pero la calidad también tiene que ser buena. Si quiere saber mi opinión, debería romperse el círculo vicioso en que se han metido los pequeños granjeros. Usted mismo lo sabe: tiene un poco de tierra y demasiados animales, pero de poca calidad, los beneficios todavía son aceptables de forma cuantitativa, pero mediocres cualitativamente. Así que no quedan suficientes beneficios para adquirir animales de cría mejores y con los que ascendería a largo plazo la calidad de los productos.

O’Keefe asintió con fervor.

—Tiene usted toda la razón. ¡Es lo que intento que comprendan desde hace años esos banqueros de Christchurch! Necesito un préstamo...

George sacudió la cabeza.

—Necesita material de cría de primera clase. Y no sólo usted, sino también otros pequeños granjeros. La inyección de capital puede ayudar, pero no tiene por qué hacerlo. Imagínese que compra usted un carnero que ha ganado premios y al siguiente invierno le...

En realidad, George temía que el préstamo de Howard se perdiera en el pub de Haldon antes que invertirse en un carnero, pero había reflexionado largo tiempo sobre sus argumentos.

—Éste es ahora el ri.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.